Me encantaría empezar este post aludiendo al maravilloso verano de aventuras y noches exóticas que no he vivido, pero aún así, ni intentaré remendar con palabras trepidantes este verano del que no me he enterado más que por el calor asfixiante y porque no me he puesto nada morena. De hecho, por no hacer, no he hecho ni "comida en parque", que durante una época fue top-ten de principios de verano...Lo cual no quiere decir que no haya disfrutado, aunque sea levemente, de una merecida semana de vacaciones en las dos ciudades que sí parecen ser el top-dos de las capitales portuguesas... A pesar de todo, este verano lo que sí he hecho es un viaje emocional, que es económicamente más barato, aunque a veces pesa más que un quintal... Así que ya a finales de este verano que se acaba, me cuesta recordar, a pesar de lo fugaz, qué estuve haciendo en junio para que se me esfumara tan rápido...Mmmmh, ¡es verdad!... Recuerdo que pasé de ser ratón de biblioteca por mi interesantísimo trabrajo de investigación cinematográfico, a ser ratón de laboratorio al sufrir un experimento continuado de desinformación en un curso de 30 días de tedio...mientras sazonaba todo esto con crecimiento personal metiéndome en la piel de algún que otro personaje que podría ser la larva de una buena historia y me mantenía al tanto cultural registrando como una máquina administradora (esto me pasa por eclecticista...). Sintiendo este panorama en mi recuerdo emocional... determino que en junio...disfruté de noche lo que no pude disfrutar día... y que las tardes fueron mejor que las mañanas...y que conocí a gente nueva... y eso siempre está muy bien...
28 agosto 2011
Este verano
Suscribirse a:
Entradas (Atom)