27 abril 2011

Reflexión en tres partes

Reconozco que adoro los filmes de dibujos animados. Lo sé. Walt Disney es lo peor, sobre todo para las mujeres de nueva era, que hemos colgado al príncipe azul por las orejas. No es azul, no es rico y, por supuesto, no es tan guapo. Nosotras tampoco. Ni estamos tan buenas ni tenemos esa maravillosa voz que nos permite comunicarnos con los animales y hablar con los pajarillos del bosque. Ariel, la sirenita, era un pez. El convertirse en ser humano por el príncipe fue en vano. Se sacrificó por él y fue directita al cielo llevada por unas hadas, pero vamos, que murió. La pobre Blancanieves fue desterrada por una cuestión estética (la más bellas de las bellas) y acabó haciendo camas hasta que fue asesinada (o inducida al coma ¿no?. En realidad... seguía siendo la más bella del reino, porque no había muerto ¿...?) hasta que un príncipe la besó y deshizo el hechizo (qué casualidad). Lo de Cenicienta era un complot en toda regla... en fin, que de una manera o de otra, estas chiquillas se pasan el día haciendo “sus labores”. Lo de Bella es distinto, es una mujer de nueva era. Al menos es ella quien besa a esa bestia que con suerte se convierte en un tío estupendo... Y luego decimos que no hay amor a primera vista... Y bueno, lo de La bella durmiente ya es de traca...  Después Disney pasaría a otros modelos más exóticos, como son Pocahontas y Mulán, luchadoras, “mujeres en un mundo de hombres” (what?), que se salvan en algunos aspectos, pero...

...¡PERO! lo que me sorprende es este cuento del siglo XX, el de Tiana y el sapo, que no sé ni tan siquiera si es un cuento de verdad o es el cuento que han creado para hablar de una especie de princesa moderna, que ni es de sangre azul, ni tiene reino, sino que es una princesa porque sí, desde dentro... La finalidad de Tiana es trabajar, trabajar y trabajar (es una especie de Cenicienta actual que se basta y se sobra para trabajar día y noche y tener ningún tipo de baile al que dejarse así misma asistir). No piensa ni por asomo en el príncipe azul (que éste sí que es un príncipe, un príncipe moderno, al que le encanta la vida bohemia y alternar). El caso es que se pasan la mitad de la película convertidos en rana... La pura esencia del amor... Y al final, por supuesto, hay beso. Hago alusión a Tiana y el sapo porque ahora lo que se lleva son las princesas que no son princesas, aquellas que se hacen así mismas, aunque la historia surja, curiosamente, porque su encantador padre le dijo que consiguiera el sueño que él nunca pudo conseguir... y la dulce jovencita, por honrar el recuerdo de su padre, pues... pues puteada, la verdad, no lo quería decir así, pero es que al final por una cosa o por otra parece que no pueden tener decisión propia, sino que su objetivo ha sido “alentado” por ¡¡un hombre!!. Es así. Básico. (Por y para.) En estas películas, puedes intuir ya desde el principio el camino que van a seguir y, por supuesto, en qué momento van a acabar, al más puro estilo hollywoodiense: El momento culmen es...el del beso. Oooohh, llevo toda la película esperando ese momento... qué bonito... Tal vez haya cierto toque de ironía, pero la verdad: me gustan las películas de Disney. Es así. Lo acepto. Me gustan porque sé que van a acabar bien, felices, con un objetivo cumplido, un sueño hecho realidad. Tal vez lo que me gusta es pensar que hay un posible mundo maravilloso de ilusiones. Los colores, la música, el ritmo.... De igual manera adoro los musicales de Gene Kelly. Música, color, color and a wonderfull life!! Es maravilloso. Las ves y te quedas con una sonrisa estúpida en el rostro. Tal vez incluso feliz. Más música, más amor, más ilusión, más influencias positivas para un mundo mejor, por favor!!! Me acusarán de naif... Puede que lo sea...

No estoy diciendo no a esa cruda realidad de extrabarrio, de navajas, de pistolas, de tíos chungos y niñas malas. No estoy diciendo que no a mostrar la cruda realidad de las drogas, de las malas decisiones, de la existencia de una violencia absurda. No, porque hay, existe, una sociedad así que seguro que no va al cine, sino que piratea películas de acción y sueña con estar en una cafetería y empuñar dos pistolas al estilo de "Pumpkin" y "Honey Bunny" en Pulp Fiction. O peor. Hay muchas más barbaridades en la lucha mostrada en las películas... Acción y mentira. La violencia es, en directo, en la realidad, fuera de la pantalla, absurda. Es dura y cruel, no tiene música, sino olor a dolor y absurdo. A realidad no concebida. Como el visionado de una torre atravesada por un avión. Irreal. Lo has visto. Has visto cómo un avión chocaba en lo alto de la torre, pero en tu mente no puedes registrarlo. No se concibe. Pasa, y no hay música. No hay primer plano. Lo ves, pero asumes que no puede ser cierto, que no es real. Así es la crudeza de la vida. No tiene glamour, ni música. Ni primeros planos con desenfoque dramático... Por eso me gustan las películas de Disney, porque sabes que son irreales, moldeables y a todo color. Por esa misma razón me gustan los musicales. Porque me dan la energía para sonreír e intentar construir un mundo mejor.   

26 abril 2011

Happy Thank you more please

Lo llaman relato generacional, y si es así, ¿qué nos pasa? ¿Tenemos demasiado tiempo para pensar, o estamos en un estado de transición del cual no sabemos como salir?. Lo que antes era sencillo, ahora nos resulta complicado. Nos consideramos distintos a nuestros padres y tal vez no lleguemos a poder ser diferentes a nuestros hijos. En cualquier caso, al ver la película Happy thank you more please (Dudé de mi inglés, pero me alegré de encontrar su sentido dentro de la película), salí reconfortada con la idea de formar parte de la cotidianidad de un mundo neoyorkino sin zapatos de Prada que no se aleja tanto de la realidad que me rodea, a mi y a un buen grupo de jóvenes españoles que nos encaminamos hacia la treintena. No sé si es un canto generacional o una comedia romántica indie o las dos cosas. Lo que sé es que parece sincera y trata de mostrar la necesidad de la sinceridad en el amor. Para ello, tres historias, unidas por momentos decisivos para crecer y madurar, aderezados con humor. 


El protagonista es Josh Radnor, al que le persigue su éxito de la serie "Cómo conocí a vuestra madre", que me encanta (el actor y la serie) y que es quien escribe y dirige la película. Inevitablemente cuesta disociar la película y la serie, aunque no tengan nada que ver. Bueno, sólo una cosa: ambas se centran en las relaciones de amor y amistad de unos jóvenes en la treintena. Es otro género y otro estilo. Pero el espíritu es el de hacer sonreír, incluso reír. Y eso se agradece. Hablando de técnica, la realización de las primeras secuencias de la película me desconcertó un poco, no por ser cine indie, pero tal vez fuera un rodaje duro... es atrevido dirigir y protagonizar una película, por mucho que Woody Allen sea un experto en la materia... al que por cierto, se le homenajea en la película de cierta manera... aunque sea con dudosa intención por medio de la protagonista más irónica del filme. Cine de relaciones, de sentimientos, de palabras, de actores...con pocos medios... ¿seremos de la escuela imaginaria del legado de Allen? Me gustan este tipo de pelis. Muchas gracias, más por favor. 


Nota: Happy thank you more please ganó el Premio del público en el Festival de Sundance 2010. La película habla de un joven aspirante a escritor que llega tarde a una importante entrevista de trabajo y con un niño que se ha perdido en el metro de la mano. El joven, Sam, cuidará del niño por unos días, los mismos días en los que hace un peculiar trato con una guapa camarera. Este es el hilo conductor de otras dos historias más; por una parte, la del crecimiento personal y sentimental de su mejor amiga, y por otra, la de su prima y el novio de ésta.

16 abril 2011

Son tres semanas...

...tres semanas ya... Me siento como Bill Murray en Atrapado en el tiempo. Mi particular día de la marmota se traduce en escribir una tesis, un análisis, un estudio... a contrarreloj. Esto era así hasta el pasado lunes, cuando me enteré de que mi escritura a contrarreloj ya no tenía sentido (si es que en algún momento lo tuvo). No puedo escapar de Punxstawnwey hasta dentro de un mes y medio. El confabulador del tiempo es así. Hace lo que le da la gana y cuando se le antoja. Me ha dado vacaciones obligadas, así que ahora tengo tiempo de tomar el té. Se me había olvidado que se puede tomar el té... 


También puedo emplear todo el tiempo que quiera en dormir. Pero no duermo ni el tiempo que necesito. Me he acostumbrado al estrés. Ya no puedo dormir sin él. No es que le eche de menos... sé que volverá... sólo he de acostumbrarme a su ausencia.  Cuando lo haga, él estará de vuelta...