Reconozco que adoro los filmes de dibujos animados. Lo sé. Walt Disney es lo peor, sobre todo para las mujeres de nueva era, que hemos colgado al príncipe azul por las orejas. No es azul, no es rico y, por supuesto, no es tan guapo. Nosotras tampoco. Ni estamos tan buenas ni tenemos esa maravillosa voz que nos permite comunicarnos con los animales y hablar con los pajarillos del bosque. Ariel, la sirenita, era un pez. El convertirse en ser humano por el príncipe fue en vano. Se sacrificó por él y fue directita al cielo llevada por unas hadas, pero vamos, que murió. La pobre Blancanieves fue desterrada por una cuestión estética (la más bellas de las bellas) y acabó haciendo camas hasta que fue asesinada (o inducida al coma ¿no?. En realidad... seguía siendo la más bella del reino, porque no había muerto ¿...?) hasta que un príncipe la besó y deshizo el hechizo (qué casualidad). Lo de Cenicienta era un complot en toda regla... en fin, que de una manera o de otra, estas chiquillas se pasan el día haciendo “sus labores”. Lo de Bella es distinto, es una mujer de nueva era. Al menos es ella quien besa a esa bestia que con suerte se convierte en un tío estupendo... Y luego decimos que no hay amor a primera vista... Y bueno, lo de La bella durmiente ya es de traca... Después Disney pasaría a otros modelos más exóticos, como son Pocahontas y Mulán, luchadoras, “mujeres en un mundo de hombres” (what?), que se salvan en algunos aspectos, pero...

No estoy diciendo no a esa cruda realidad de extrabarrio, de navajas, de pistolas, de tíos chungos y niñas malas. No estoy diciendo que no a mostrar la cruda realidad de las drogas, de las malas decisiones, de la existencia de una violencia absurda. No, porque hay, existe, una sociedad así que seguro que no va al cine, sino que piratea películas de acción y sueña con estar en una cafetería y empuñar dos pistolas al estilo de "Pumpkin" y "Honey Bunny" en Pulp Fiction. O peor. Hay muchas más barbaridades en la lucha mostrada en las películas... Acción y mentira. La violencia es, en directo, en la realidad, fuera de la pantalla, absurda. Es dura y cruel, no tiene música, sino olor a dolor y absurdo. A realidad no concebida. Como el visionado de una torre atravesada por un avión. Irreal. Lo has visto. Has visto cómo un avión chocaba en lo alto de la torre, pero en tu mente no puedes registrarlo. No se concibe. Pasa, y no hay música. No hay primer plano. Lo ves, pero asumes que no puede ser cierto, que no es real. Así es la crudeza de la vida. No tiene glamour, ni música. Ni primeros planos con desenfoque dramático... Por eso me gustan las películas de Disney, porque sabes que son irreales, moldeables y a todo color. Por esa misma razón me gustan los musicales. Porque me dan la energía para sonreír e intentar construir un mundo mejor.