Del 9 al 12 de marzo hemos hecho una de esas cosas contemporáneas de las que algunos presumen en la actualidad y de las que a mí me gustaría presumir mucho más de lo que "mi economía" me lo permite: Pasar un fin de semana en Amsterdam.
Dam (El Ayuntamiento) - Foto: Sonia de Carlos |
A muchos, este "Amsterdam" les habrá provocado una sonrisita leve y picarona pensando en a) Los "coffeeshop" y b) El barrio rojo (digo más, seguro que podría apostar a que la mayoría ha pensado en A), porque los dos, junto con los tulipanes, son los emblemas y atractivos turísticos de Amsterdam... Pero supongo que esta "legalización" de cosas ilegales no hace que sean más especiales, sino menos "prohibidas", como pasa con las playas nudistas, y al final estas dos opciones (a y b) encajan en la filosofía o cultura holandesa: "Si lo vas a hacer, hazlo bien". Con esto no quiero decir que tires la casa por la ventana, sino que asumiendo que tanto hierba como prostitutas van a seguir en el mundo, al menos que lo hagan en sitios resguardados, dentro de una cierta legalidad, y no en plena calle. Vamos, que lo "progre" que son es porque son "ordenaos", como digo yo, y que para qué vamos a tener todo patas arriba cuando podemos tener cada cosa en su sitio... Así que allí están: que quieres prostitutas, pues detrás de las ventanas con luces rojas las puedes encontrar... que quieres porros... pues a los coffeeshops... Pero, honestamente, antes de visitar Amsterdam, cuando te hablan de los Coffeeshops... pues no sé... como que suena a "ultra...guaaaauuu", pero cuando estás allí... ni ultra ni nada, es... un bar. No es el bar Pepe. Pero simplificando, es un bar en el que se puede comprar y fumar marihuana. Vamos, que en el fondo, es retroceder en el tiempo... porque honestamente, yo he estado en bares en los que se ofrecía cerveza fría y la gente fumaba... y esto es lo mismo, pero en legal y sin alcohol, sólo con té, café o zumo...¡un bar!. Por eso, admiro a los holandeses, ¿que lo quieres hacer? Pues hala, ahí puedes. Cada cosa en su lugar... (Puedes encontrar más información al respecto aquí).
Calle de Amsterdam - Foto: Sonia de Carlos |
Lo que me produce un poco más de inquietud son los Smartshops, que entre sus finalidades tienen la de vender setas alucinógenas. Esto me da peor rollo, especialmente porque he visto a gente deambular solitaria bajo los efectos de estas "setas", y su cara no era otra que la del pánico o la abstracción más absoluta. "Se recomienda siempre tener una persona amiga que lo pueda asistir. Durante muchas horas no tendrá la conciencia clara y sufrirá falta de apetito y sed". Lo suyo sería que a la otra persona amiga, no le diera por querer experimentar también con el efecto alucinógeno... Miedito... así que yo recomendaría al menos una cuadrilla, porque a saber por qué le va a dar a cada uno: persecuciones, dragones volando, el cielo que se cae... vete tú a saber...
Y pasado el capítulo morboso... empieza el relato de nuestro viaje por esta ciudad del mercado de las flores en forma de semicircunferencia ordenada por canales y cuyo medio de transporte prioritario es, por supuesto, la bicicleta. Llegamos a las 10:00 al aeropuerto de Amsterdam y cogemos un tren que nos lleva a la Centraal Station. En el albergue no hay que estar hasta las 12 o así, y con el hambre mañanero, nos afanamos en recorrer una de las calles principales, desde Centraal Station a Dam Square, en busca de un desayuno curioso a un precio módico (nota mental: lo del precio módico es y será siempre una ilusión, somos españoles ¡en Europa! o al menos en ¿Europa la antigua?) Y bueno, nos pudo el hambre y lo asumimos... (como también asumimos más tarde que somos carne de Burguer King holandés... café con leche y tarta de manzana 2€... ¡esto sí!). Así que después del café corto de leche y un croissante, después del paseo admirando la fisonomía de las calles centrales y comerciales de la ciudad, el ayuntamiento y la Iglesia Nueva, pusimos rumbo al albergue en el tranvía hasta Sarphati park, donde nos dormiríamos las tres noches, o donde al menos lo intentaríamos...
Calle de Amsterdam - Foto: Sonia de Carlos |
Dejadas las cosas en el albergue, en una habitación con 10 literas y 4 españoles (10 literas, 4 españoles + 3 españoles hace un total de 10 camas y 7 españoles... el albergue tenía buen precio para un español... hay que quedarse con ello...). Pues eso, que después de dejar las cosas en una habitación en la que yacía gente durmiendo o despertando en el típico horario español, nos fuimos a recorrer la ciudad dando un paseo, viendo bicicletas que casi volaban, oliendo a pan y roomboters recién hechas y disfrutando de la humedad y el vientecillo frío holandés.
No voy a escribir aquí un cuaderno de viaje, detallando con pelos y señales dónde y cómo y cuánto, sólo daré unas pinceladas que a mí me hubiera gustado saber antes de embarcarme en este viaje y unas cuantas impresiones y recomendaciones sobre la experiencia en Amsterdam:
Impresiones generales
Sí, todo es más caro.
Todo es más ordenado.
Los habitantes de Amsterdam son más altos y elegantes.
Es genial que la mayoría de la población se mueva en bicicleta. Es muy curioso ver cómo padres o madres transportan a sus hijos en bicicleta.
Gastronomía
Y por último, una nota: Somos españoles y nos encanta la comida mediterránea, qué vamos a hacer...
El Museo Van Gogh me parece una timada (y es caro). Unos cuantos cuadros de Van Gogh, unas exposiciones aledañas y ya. Una visita de dos horas... a un precio excesivo. No compensa en absoluto. Ahora soy consciente de la maravilla que tenemos con El Prado, el Thyssen, o el Reina Sofía... Ahora me parecen una ganga, la verdad...
La Casa Museo de Ana Frank. Aunque no deja de ser interesante, especialmente si te has leído el libro, también es caro para lo que se ofrece, pero por curiosidad, puedes arriesgarte.
La Casa Museo de Ana Frank. Aunque no deja de ser interesante, especialmente si te has leído el libro, también es caro para lo que se ofrece, pero por curiosidad, puedes arriesgarte.
Es cierto que lo que más me gusta es recorrer las calles de una ciudad... ver la estructura de sus casas, las ventanas, los edificios, los parques, las calles que recorren la zona comercial, las calles alrededor de la zona monumental, los bares, las cafeterías, los restaurantes, las tiendas... lo que viene a ser EL PASEO.
Y Amsterdam ha sido bien bonita (al menos el centro). Ordenada, coqueta. Todos los edificios con un máximo de cuatro alturas, escaleras empinadas como para hacer escalada, ventanales enormes sin cortinas, una iluminación interior exquisita, canales con puentes donde amarrar bicicletas en una ciudad llana... Paseando por Amsterdam, la comparación con otras ciudades españolas es irremediable... y te das cuenta de que la geografía de una ciudad también determina su pensamiento... Y la geografía española es, irremediablemente, caótica.
En el viaje de vuelta a Madrid, con este pensamiento en la cabeza, cuando la tripulación del avión se disponía a ofrecer cordialmente el desayuno a sus viajeros, oímos que se habían acabado los churros ¿? y que no habían podido conseguir torrijas ¿?, mientras daban la bienvenida a una de sus compañeras de la tripulación ¿? que regresaba finalmente a España. Muchos nos echamos a reír... Humor español, la cercanía de la gente... "No seremos los más guapos ni los más altos, pero intentamos ser los más simpáticos" y sí señores, Welcome to Spain. "No somos ni los más altos ni los más ordenados, pero tenemos un Sol que brilla con fuerza en el cielo y nos hace sonreír".
*Todas las fotografías de esta entrada de blog pertenecen a Sonia de Carlos
Y Amsterdam ha sido bien bonita (al menos el centro). Ordenada, coqueta. Todos los edificios con un máximo de cuatro alturas, escaleras empinadas como para hacer escalada, ventanales enormes sin cortinas, una iluminación interior exquisita, canales con puentes donde amarrar bicicletas en una ciudad llana... Paseando por Amsterdam, la comparación con otras ciudades españolas es irremediable... y te das cuenta de que la geografía de una ciudad también determina su pensamiento... Y la geografía española es, irremediablemente, caótica.
Como gato panza arriba - Foto Sonia de Carlos |
En el viaje de vuelta a Madrid, con este pensamiento en la cabeza, cuando la tripulación del avión se disponía a ofrecer cordialmente el desayuno a sus viajeros, oímos que se habían acabado los churros ¿? y que no habían podido conseguir torrijas ¿?, mientras daban la bienvenida a una de sus compañeras de la tripulación ¿? que regresaba finalmente a España. Muchos nos echamos a reír... Humor español, la cercanía de la gente... "No seremos los más guapos ni los más altos, pero intentamos ser los más simpáticos" y sí señores, Welcome to Spain. "No somos ni los más altos ni los más ordenados, pero tenemos un Sol que brilla con fuerza en el cielo y nos hace sonreír".
*Todas las fotografías de esta entrada de blog pertenecen a Sonia de Carlos
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