El domingo fui al Teatro Conde Duque, en las instalaciones madrileñas que antaño fueran cuartel militar. Últimamente ir al teatro es una de las actividades culturales que más disfruto. Y de las que quiero seguir disfrutando. Vi Traición, de Harold Printer. El texto me gustó mucho. La actriz también. Tensión y sobriedad. La historia no es nueva: dos hombres y una mujer, uno de ellos, marido, otro, amante. "La historia transcurre en nueve años, en nueve escenas secas..." Y tiene toda la razón. Cuando apagaron las luces, hubo gente que, tímidamente, aplaudió. Yo ni me lo cuestioné. "¿Porqué aplauden, si todavía no ha terminado? Ah, pues sí. (...)". El espectáculo duró una hora. Para mí fueron 20 minutos. Lo malo es que verdaderamente, parecía que la obra no había acabado. De todos modos, me gustó. Últimamente disfruto mucho yendo al teatro. Haciendo teatro. Pensando en teatro.
La obra fue llevada a cabo por la compañía Histrión Teatro, dirigida por Marcelo Subiotto e interpretada por Gema Matarranz, Constantino Renedo y Manuel Salas
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